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Ahogados por el miedo y la ignorancia

Ahogados por el miedo y la ignorancia

Lo sabemos y no hacemos nada, todo el mundo ande yo caliente y ríase la gente, y así nos va. Los que piensan que es mejor tres casas a ninguna, que es mejor un BMW a una bicicleta, tener dos mujeres y dos criadas antes que servir a los demás de forma gratuita, todos estos se están cargando nuestra casa y la de nuestros amigos los animales y plantas, y nosotros no hacemos nada, así que empecemos ya de una vez, recuperar el Guadalete navegable.

De toda la vida de dios ha sido así, el Guadalete era navegable, un período climático de sequía que se inició en torno al siglo XI hizo que el caudal bajara y solo se viera en todo su esplendor con las lluvias de primavera; no obstante los manantiales, las fuentes, los canchales, así como las infraestructuras de condución de aguas, iniciadas por los íberos, continuadas por la civilización romana, y por último, adaptada a las circunstancias del año 1000, mediante canalizaciones y caos por los árabes.

La navegabilidad del Guadalete estubo en activo hasta el siglo XVI, como prueba, en las laderas de Gibalbín se han encontrado quillas de barcos;  a partir de esta época se produjo un proceso de humanización del delta, el cual inundaba todos los alrededores de Jerez de la Frontera con graves problemas sanitarios como es el caso del paludismo. La recuperación de la campiña de Jerez y su apropiación por parte de los señoritos (mezcla de antiguos militares, más algún extranjero enchufado, más capitales procedentes de la Iglesia) se apropiaron de lo que no era suyo. A finales del XIX se produjeron revueltas jornaleras en el marco de la campiña, esto hizo que los terratenientes se cubrieran las espaldas mediante el apoyo de los militares que no dudaron en acabar con las revueltas y ponerles freno en un futuro. En aquella época y debido a los ataques de piratas y al aumento de calado de los barcos, la navegación con las Indias se pasó a Cádiz en perjuicio de Sevilla, en aquella época se pensó unir el Guadalete al Guadalquivir, entre Jerez y Utrera, pero este proyecto no se llegó a ejecutar.

Y con el fin del proyecto de navegabilidad se inició el fin del Guadalete como rio que unía los distintos pueblos hacia su ruta natural, el oriente hispano. Con el proyecto del ferrocarril se iniciaron los proyectos de los embalses; en 1940, con Franco, empezaron las actuaciones, todas encaminadas a beneficiar a los grandes propietarios, que eran los que controlaban a la población semiesclava y desposeída, algo parecido a lo que hicieron los zares en Rusia. Para asegurarse que la población no dijera ni mú desdes antes de Primo de Rivera inventaron el mito de la Mano Negra para acobardar. Luego, cuando el Levantamiento militar, establecieron cupos de fusilamiento en las poblaciones que iba ocupando los militares, no importaba que los cupos se superasen, como pasó en Villamartín, o que no hubiera suficientes comunistas para fusilar, daba igual como pasó en Bornos, y sembraron la sierra de fosas comunes olvidadas, como es el caso del Cerro la Horca en Bornos, el sitio tradicional de ejecución de gente en este pueblo. Cuando llegó el año 40, la época del hambre, la gente estaba tan asustada y hambrieta que nadie se opuso al desastre que nos ofrece el satélite.

 

Toda una vega destrozada, inundada, irrecuperable al menos que se le deje pasar el mismo tiempo que lleva inundado. Los antiguos establecieron un sistema de riego que venía desde Carija por toda la línea de sierra, de tal manera que se regaba por su propio pie todos los alrededores de Bornos más todo lo que veís inundado. En aquellos tiempos, en el XVI, este pueblo tenía 8.000 habitantes, hoy tiene los mismos pero la verdad es que no tiene economía más que para la mitad, y teniendo en cuenta que 3.000 de los 4.000 sean viejos; una verdadera lástima. El agua a Bornos fue traida, no nació aquí, los árabes hicieron un castillo en bajo para defender  el nacimiento de agua, se estableció una próspera comunidad defendida por una opidum en el Calvario y otro en Castillejo, al otro lado de la Angostura -fijaros que nombres más auténticos-, más uno más al norte, en el Fuerte, con líneas de comunicación hacia todos los asentamiento íberos y romanos, Carija, Gibalbin (Xerez), Sierra Aznar, Esperilla, La Laguna, Iptusi, Matrera, Zahara de la Sierra, el antiguo Villamartín, las Salinas de Espera y Hortales, todo un núcleo de comunicaciones, de producción agrícola y hortícola, ganadera, industrial aprovechando la energía hidroeléctrica, la animal o la eólica, que permitía una densidad de población más elevada que la actual, todo esto eliminado de un plumazo al tapar la Angostura con una presa madre de la ingeniería nazi (la casa del Ingeniero alemán se parece al chalet de Eva Braum).

En 1954 se acabaron las obras, el pueblo puso más de 1.000 habitantes en el periodo que duraron las obras, cuando acabaron empezó la emigración, medio Bornos, todos los huerteros, tuvieron que emigrar a Barcelona o al extranjero, hubo un momento en el que el pueblo llegó a rozar los 5.000 habitantes. Arcos lo sufrió menos porque la verdad es que los que vivían en esa margen del rio eran bornichos y a Villamartín les prometieron unos riegos que nunca llegan. El primer año el pantano se llenó en una semana, los ingenieros estaban asustados por lo que pudiera pasar por lo que inmediatamente lo vaciaron y otra vez se llenó, la gente se pensó que esto iba a ser un vergel porque se iba a regar mucha tierra, si se iba a regar mucha tierra, pero no la que pudieran decir que era suya. Luego, para rematar la faena, pusieron un pueblo de jerezanos que supuestamente regarían, el problema fue cuando el General Erquizia hacía uso de su derecho de regar sus cortijos en Puerto Serrano y demás, dejaba el río seco, no pasaba ni una gota.

Total, un gran fraude a toda una población, una factura sin pagar más que ha dejado el régime franquista y que los responsables políticos de hoy y de ayer no quieren hacer frente por el rollo de reabrir viejas heridas; en este caso sí que hay que abri una vieja herida, concretamente hay que eliminar de una vez la presa y que el rio baje de forma natural y que devuelvan las tierras a los bornichos porque nos vamos a tener que ir de aquí, como tantos otros ya lo han hecho.

 

Ángel Rodríguez.

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