Peligro: 300.000 personas a punto de ahogarse
En mi conversación con Miguel el Gastoreño me informó que cuando él estuvo trabajando en la presa, hace más de 50 años, las obras de la misma se hicieron con los mejores materiales de la época; la presa de Bornos se diseñó y se construyó bien porque las autoridades de la época no querían tener una desgracia como la que tuvieron en el Norte de España en la que una presa se llevó por delante a todo un pueblo.
Se utilizaron buenos materiales hasta que se acabó el dinero; bien lo gastaron los ingenieros alemanes en hacerse un chalet al estilo de Hitler, con piscina y unas vistas impresionantes a la Angostura. La presa se hizo de abajo-arriba y de izquierda a derecha según se mira desde Bornos hacia Arcos, es por eso que la grieta que luego surgió lo hizo en el lado derecho de la presa.
La presa se terminó en torno al 1957, nada más acabada la obra se cerraron las compuertas y en una semana se llenó el embalse, las autoridades tenían tanto miedo que inmediatamente desembalsaron todo el agua; pero se volvió a llenar en la siguiente semana porque aquel año fue muy lluvioso, y se pusieron en manos de Dios, la presa aguantó.
Los técnicos le dieron una vida útil de 40 años, ya van más de 50 y además se ha hecho una represa aumentando aún más su capacidad, la cual se está perdiendo porque el pantano no tiene fondo.
El peligro es que se le está dando un metro de seguridad a la presa; eso metro desaparece nada más que venga una tormenta fuerte que descargue en la Sierra porque la capacidad de desembalse de agua de la cuenca del Guadalete es superior a la capacidad que tiene la presa de desembalsar. El metro de seguridad es la distancia que se encuentra el nivel del pantano con respecto a la altura total de la presa y para que cualquiera lo entienda, el puente de hierro está a nivel con la altura de la presa, así que si os fijáis veréis que cuando llueve mucho ese metro casi desaparece.
Asi que cuidado, la presa de Bornos sí que puede reventar y nadie hace nada para evitarlo; el día que la Peña de Arcos acabe en el Chicle de Jerez, que el Puerto vea como una ola de 40 metros de altura lo sepulte o que un sunami inunde la tercera planta del edificio de los Delfines en Cádiz, cuando ese día pase alguien dirá, ¿y es que no teníamos ojos para ver tamaño peligro?.
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