Un poquito de imaginación.
La historia nos ha hecho ver muchos acontecimientos que un poquito de imaginación tal vez no hubieran ocurrido jamás; la historia nos demuestra que la felicidad está en el pastor que no pasa ni frío ni calor, que cuida a su rebaño y pasea por la naturaleza comunicándose con sus criaturas. Nos demuestra así mismo que aquellos que hicieron malas acciones, como las de eliminar un río que la naturaleza quiso estuviera allí, ahora se encuentran enterrados y con el odio tan solo como recuerdo.
Y ahora que la luna ha sido más llena que nunca, ahora que los tsunamis y catástrofes ambientales están sacudiendo nuestro planeta, ahora parece cómo si la profecía de los Mayas se fuera a hacer realidad. El mundo puede que se acaba, pero si no se acaba por si acaso sería mejor actuar.
Empecemos a actuar, creemos políticos que sean capaces de eliminar a los corruptos e inútiles que nos gobiernan mediante su propia eficacia, no por las armas como ellos están acostumbrados a hacer, dejemos de ayudar a los que con sus alucinaciones nos quieren hacer creer que una virgen puede quedarse preñada, dejemos de favorecer a los que con su ignorancia no hacen nada.
Ahí lo tenemos, un río muerto, la frase del filósofo griego (“nunca te bañarás en la misma agua en un rio”) se difumina y se pierde, deja de existir cuando miramos tamaña injusticia y desastre ecológico.
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